El escritor y humorista cubano Jorge Fernández Era enfrenta cargos y una medida de prisión domiciliaria tras su detención el lunes en La Habana por una patrulla policial, denunció el intelectual.
El arresto ocurrió cuando Fernández Era intentaba unirse a la protesta pacífica que cada 18 de mes realizan intelectuales en la isla, una acción iniciada por la profesora Alina Bárbara López Hernández en Matanzas.
Según detalló el escritor en su cuenta de Facebook, tras serle solicitado su carnet de identidad, fue introducido a la fuerza en el vehículo policial.
Fernández Era fue trasladado a la Unidad de la Policía de Infanta y Manglar, donde fue llevado a dos centros de salud para un "certificado de lesiones". Durante el arresto, sufrió una herida sangrante en la muñeca, y se le confiscó una grabadora y su carnet de identidad.
Un instructor penal le informó que se le imputaba un cargo por el presunto delito de "resistencia" y se le imponía una medida cautelar de reclusión domiciliaria. Fernández Era afirmó que esta medida se suma a otra que ya cumplía desde 2023.
El también comunicador fue liberado en la noche del lunes en un carro patrullero, después de seis horas y media de detención.
"Quienes me estiman pensarán con alivio: «Excelente que a Era no lo golpearan de nuevo». Espero les quede claro que estos sucesos que narro son más graves que el daño físico que me causaron el mes pasado. Si algo queda «certificado» con cuño indeleble es que el fascismo hace mucho traspasó nuestras puertas", escribió.
Fernández Era ha sido víctima de detención, vigilancia y hostigamiento a su hijo encarcelado por parte de las autoridades cubanas. También ha enfrentado interrogatorios relacionados con sus publicaciones en redes sociales y enfrenta un cargo anterior de "desobediencia", además de dos medidas cautelares.
En julio pasado, fue agredido físicamente por un oficial de la policía política en una estación policial en La Habana donde estuvo detenido, según denunció en sus redes sociales.
"Las imágenes de hoy no son disfraz. Un joven teniente coronel de la Seguridad del Estado, supuestamente nombrado Yoán, por decirle cínico y fascista, me dio con todo y lo demostró con creces", escribió entonces en un post que ilustró con fotografías de varias heridas en el rostro.
Cuando intentó interponer una denuncia ante la Policía tras la golpiza, las autoridades le dijeron que no "procedía" porque los daños eran "menores".
"No creo en la 'justicia revolucionaria'. Si de verdad existiera, la Fiscalía hubiera dado respuesta a mi reclamación por los casi dos años y medio que llevo esperando (el plazo es de uno) a que se cierre mi 'complicado' caso de Desobediencia y se me supriman dos medidas cautelares que solo buscan eternizar mi ilegal situación y contar con patente de corso para desmanes y abusos", señaló el escritor.
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