El opositor cubano Virgilio Mantilla Arango fue excarcelado este fin de semana tras cumplir íntegramente su última condena.
“Me liberaron el 17 sin ningún tipo de condiciones porque cumplí día por día, semana por semana, año por año toda la condena, hasta más de lo que me correspondía”, dijo en entrevista con Martí Noticias.
Mantilla, de 53 años, describió las cárceles como “campos de concentración” y acusó a las autoridades de utilizar a reclusos comunes con antecedentes violentos para reprimir a otros presos. “Ellos los estimulan con privilegios: más comida, rebajas de condena, visitas. Los convierten en jefes de los colectivos y son ellos los que abusan, golpean, fracturan costillas. Si alguien muere, lo presentan como una riña entre presos y los militares quedan impunes”, denunció.
“Yo había entrado a la prisión por 10 meses y después me incriminaron con tres años más. Y ya cumpliendo esos tres años me volvieron a sancionar por ocho meses porque estaba denunciando al jefe de la unidad de Kilo 7, que me infectó dos veces con la COVID”, indicó.
El opositor fue trasladado en 2021 a la prisión de máxima seguridad de Kilo 8, donde permaneció hasta su excarcelación. Según relató, las autoridades lo colocaron en celdas con presos contagiados con coronavirus a pesar de que se encontraba aislado.
Mantilla también dijo haber recibido una inyección en la espalda de una sustancia que identificaron como lidocaína pero que "hoy por hoy en toda mi columna es como si tuviera un carbón encendido. Salí peor, con dolor en todo mi cuerpo”, declaró.
El disidente afirmó que la falta de medicamentos y alimentación adecuada es generalizada en el sistema penitenciario cubano. “Ustedes no se imaginan la cantidad de desnutridos que hay en las prisiones por la falta de comida. Y tampoco hay medicinas. Son unos criminales”, sostuvo.
Mantilla asegura que nunca recibió asistencia legal adecuada y que sus juicios estuvieron marcados por irregularidades. Su última condena de 10 meses fue dictada en 2024 tras encabezar una protesta dentro del penal por la escasez de alimentos y medicinas.
El exprisionero político pidió “solidaridad con la oposición interna” y exhortó al exilio a “apoyar incondicionalmente en todo lo posible”. A los cubanos dentro de la isla les pidió no rendirse: “El verdadero enemigo es este régimen que hace sufrir al pueblo. Que se levanten y luchen por el bienestar de su país".
Mantilla ha sido arrestado en múltiples ocasiones desde la década de 2000. En 2011, Amnistía Internacional lo reconoció como prisionero de conciencia. Ahora, tras cumplir su condena íntegra, dice que continuará su activismo de forma independiente. "Desde niño aborrezco el comunismo, porque viene de mis ancestros, de mi familia”, afirmó.
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